El Boletín Oficial del Estado ha publicado el acuerdo adoptado por el Consejo de Seguridad Nacional el pasado 19 de marzo por el que se aprueba la Estrategia Nacional de Seguridad Marítima 2024.
La Estrategia Nacional de Seguridad Marítima 2024 presenta el dominio marítimo como un espacio global de importancia estratégica y cuenta con cuatro capítulos.
El primero de ellos describe un escenario con horizonte 2030, en el que los espacios marítimos serán testigos de una mayor competición geoestratégica. En clave económica, se detecta un desplazamiento del centro de gravedad hacia el área Indo-Pacífico, con iniciativas políticas europeas dirigidas a contrarrestar sus efectos con nuevas políticas de impulsen una autonomía estratégica abierta.
Al mismo tiempo, se estima que la tecnología adquiere cada vez mayor presencia en el sector marítimo, siendo este un aspecto crítico en la descarbonización futura del sector. Además, es necesario luchar contra el deterioro del hábitat marino.
Con esta perspectiva, la Estrategia caracteriza a España como un país de condición marítima y vocación global, cuyos intereses se proyectan tanto en los espacios marítimos de soberanía nacional como en aguas internacionales.
El segundo capítulo identifica los riesgos y las amenazas para la seguridad marítima. Las estrategias híbridas ocupan el centro conceptual del mapa de riesgos. Estas acciones coordinadas están dirigidas a explotar las vulnerabilidades de los Estados y sus instituciones mediante el uso de la desestabilización política, la coerción económica, la inmigración irregular y la presión por la dependencia energética del exterior.
A su vez, los ciberataques y las campañas de influencia, además del empleo de capacidades militares, también pueden formar parte de estas estrategias.
Así mismo, ante estos riesgos y amenazas, el tercer capítulo de esta Estrategia articula un planteamiento para hacer frente a un panorama donde los altos niveles de incertidumbre y competición interestatal se proyectan en su dimensión marítima. A tal fin, la Estrategia Nacional de Seguridad Marítima 2024 establece tres objetivos que comprenden proteger España con acciones orientadas a preservar la integridad y seguridad de aquellos espacios marinos sobre los que España ejerce soberanía, derechos soberanos o jurisdicción, así como para proteger las infraestructuras marítimas y las actividades económicas ligadas al medio marino.
Por otro lado, el segundo objetivo es mejorar las capacidades marítimas, entendiendo la industria y el sector privado como un valor estratégico de primer orden, para fomentar un mayor dinamismo de la industria marítima, la economía azul, y el impulso de la investigación científica, mientras que el tercer objetivo se centra en contribuir a un océano más seguro.
Para cubrir estos objetivos estratégicos, la Estrategia contiene un istado de medidas orientadas a su consecución, que comprende hasta 22 acciones en los diferentes ámbitos.
Por último, la Estrategia sitúa al Consejo Nacional de Seguridad Marítima como elemento catalizador de la coordinación interdepartamental y como responsable de apoyar la labor del Consejo de Seguridad Nacional en el asesoramiento en la dirección de la Política de Seguridad Nacional en todo lo relacionado con la seguridad marítima.