
El tráfico de contenedores refrigerados es un segmento sometido a fuertes incertidumbres en el actual contexto del transporte marítimo, especialmente por los desvíos que impone la crisis bélica en Oriente Medio y que suponen un alargamiento de las rutas que salen de Asia, algo crucial para los productos perecederos.
Sin embargo, la potencialidad que ofrecen los contenedores reefer impulsa proyectos en la cadena de suministro a temperatura controlada a nivel global.
En este contexo de creciente exigencia, DB Schenker ha organizado en Valencia el evento Reefer2030, dedicado a abordar los desafíos, la innovación y la sostenibilidad en el transporte de mercancías refrigeradas.
El encuentro ha servido para explorar las últimas tendencias y tecnologías que están transformando el transporte marítimo de carga refrigerada a partir de las opiniones y experiencias de los principales actores involucrados en la cadena de suministro, desde navieras y empresas de forwarding, hasta cargadores y empresas aseguradoras.
El puerto de Valencia ha dado cuenta de las iniciativas para impulsar los tráficos intermodales de contenedores refrigerados, el desarrollo de infraestructuras para este tipo de carga e incluso un proyecto privado para enviar contenedores reefer con Oslo. Cristina Rodríguez, directora comercial del puerto de Valencia que ha conducido el debate, ha constatado la aspiración del puerto de Valencia de convertirse en un hub para toda la mercancía refrigerada del Mediterráneo, donde actualmente se mueven más de 250.000 contenedores reefer, con la aspiración de incrementar este tipo de tráfico
Los diferentes actores intervinientes han puesto el acento en las dificultades existentes a nivel internacional para tráficos de contenedores refrigerados, precisamente por la importancia que tiene el mercado de Oriente Medio para el segmento.
Difícil cumplimiento de los transit time
Para Miguel Ángel de la Torre, director de transporte marítimo en Iberia de DB Schenker, la apuesta por este servicio a nivel global ha permitido aumentar el negocio de refeer, con una cobertura muy variada, desde congelados a healthcare, además de un aumento de cargas de grupaje, gracias a la capacidad de adaptación del sector ante el alto número de imprevistos que han surgido recientemente.
Los factores externos que hacen difícil cumplir con los tiempos de tránsito, como los problemas de congestión en muchos puertos, se acentúan en el caso de los contenedores reefer que tienen prioridad absolota, según ha indicado Álvaro Lanao, responsable del negocio reefer de la naviera CMA CGM que ha participado en el debate. Un problema ante el que las navieras, en opinión de Pablo García Cupé de Avolta, deberían buscar normas especiales con coberturas especiales. ¿Dónde está la lógica de ser tan estrictos, de contactar con transitarios y navieras para gestionar los pagos de las aseguradorassi al final pagamos nosotros”, se ha preguntado.
De igual manera, también afectan al sector las crecientes demandas de sostenibilidad que impulsan la electrificación y el uso de combustibles alternativos, así como la incorporación de nuevas tecnologías que aportan un alto grado de visibilidad para mercancías con una gran necesidad de trazabilidad y de agilidad para que lleguen a sus mercados finales en las mejores condiciones.
Los conflictos geopolíticos, con especial incidencia la relacionada con la crisis del Mar Rojo también también fueron objeto de debate. Para Manuel Baides, consejero delegado de Fruta de Autor, estos últimos años han sido bastante complicados e insiste en el cumplimiento del transit-time, porque están en juego cumplir con la programación con los clientes.