
La nave cerrada para la carga y descarga de graneles sólidos de Eiffage, situada en el muelle 17 del puerto de Alicante, ya funciona a pleno rendimiento.
La instalación recupera así su plena operatividad dos años después de que sufriera un hundimiento de suelo al final de la nave que anulaba el uso de más del 20% de sus 23.500 m2 de superficie total disponible, unas 100.000 toneladas.
La nave está totalmente automatizada con el objetivo de minimizar las emisiones al exterior, evitar el trabajo dentro de la nave y optimizar el rendimiento tanto a la hora de recibir el material, como en el momento de la carga del buque.
Por un lado, dispone de un doble sistema de recepción simultánea, que puede procesar dos camiones con capacidad máxima de 500 toneladas por hora cada uno, al mismo tiempo que se elimina el polvo de la descarga mediante un sistema de aspiración. Una cinta transportadora cubierta transporta en altura los materiales descargados al sistema de apilado del interior de la nave.
A su vez, una vez dentro de la nave, se realizan dos procesos distintos: el apilador se encarga de recibir y almacenar el material entrante, longitudinalmente, desde el nivel superior, mientras que, para transferirlo al buque, es el recuperador el que se desplaza sobre el material almacenado, cargando la mercancía en el circuito de carga hasta una manga telescópica móvil, que lo introduce en bodega del barco.
En términos medioambientales, ha contribuido a mejorar la calidad del aire en las inmediaciones del puerto y, además, al utilizar un funcionamiento electrificado, también se han reducido las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular de CO2 y NOx.
La planta también es un ejemplo de impulso de economía circular, ya que contribuye a reutilizar los residuos generados por la extracción de mármol, de tal modo que son recuperados, procesados y comercializados, evitando acumulaciones innecesarias y dando una segunda vida a estos materiales.