El sindicato International Longshoremen’s Association y la patronal United States Maritime Alliance retoman el próximo 7 de enero las negociaciones para renovar el acuerdo laboral de los trabajadores de los puertos de la fachada este estadounidense.
El objetivo es alcanzar un pacto para desplegar un nuevo marco laboral en estos recintos antes del 15 de enero, fecha límite para las conversaciones tras la prórroga acordada a primeros del pasado mes de octubre.
La automatización de las terminales portuarias
A tenor de los últimos comunicados de la United States Maritime Alliance, el principal motivo de fricción no estaría relacionado tanto con los incrementos salariales que reclama el sindicato International Longshoremen’s Association, sino con el despliegue de nuevas tecnologías y automatización en las terminales norteamericanas, para ganar flexibilidad y agilidad en la evacuación de mercancía tierra adentro.
En este sentido, el presidente electo Donald Trump ha manifestado públicamente a mediados del pasado mes de diciembre su apoyo expreso a las reivindicaciones de la International Longshoremen’s Association. En su opinión, "compañías extranjeras han aprovechado el acceso que se les ha dado a nuestros mercados para hacer una fortuna. No debería preocuparse por exprimir hasta el último penique sabiendo cuántas familias pueden resultar dañadas". Para Trump, los beneficios de la automatización portuaria no compensan el daño que puede hacer este proceso al empleo en los puertos.
Mientras tanto, los operadores logísticos y las empresas industriales de la zona contienen el aliento a la espera de ver cómo se saldan estos encuentros contra reloj con el fin de evitar una huelga que podría suponer graves problemas de abastecimiento en el este de los Estados Unidos, con consecuencias que podrían trasladarse a otras zonas, a medida que, llegado el momento y a falta de un acuerdo, se incremente la congestión portuaria y se vea afectado el movimiento de contenedores, especialmente de cajas vacías.