En la útima década, China se ha ido ganando paso a paso un papel esencial en la construcción mundial de barcos mercantes, hasta colocarse en primer lugar con una posición dominante en una industria clave para el comercio internacional, desplazando a los tradicionales actores del sector.
En concreto, según datos de Intermodal y Clarcksons, los astilleros chinos copan un 65% del total de pedidos de buques mercantes actualmente en desarrollo, porcentaje con el 10% que tenían en el año 2000.
Particularmente, las instalaciones chinas están produciendo, a fecha del pasado mes de noviembre, un total de 3.256 embarcaciones con un arqueo bruto total de 224.000 toneladas, volumen que, a su vez, implica una subida anual de un 37% con respecto a 2023, mientras que a nivel global, el número de pedidos de barcos mercantes se ha incrementado en un 21% durante el mismo período.
Al mismo tiempo, la cuota de los astilleros japoneses y surcoreanos ha caído drásticamente del 73% que tenían al inicio del siglo XXI al 31% actual.
Este factor consolida el papel preponderante que ha ganado China en las cadenas de suministro de todo el mundo y que no solo se limita a convertirse en la fábrica del planeta, sino que sitúa al país asiático también como uno de los principales actores en el tráfico marítimo internacional.