Los ataques de los hutíes a los buques en el Mar Rojo, junto con el aumento de la piratería frente a las costas de Somalia, están perturbando el comercio mundial. Se calcula que en 2023, el 13% del transporte marítimo mundial transitaba por estas zonas, pero según Bimco, los ataques han reducido en un 50% el número de buques que pasan por la zona.
Desde noviembre, la amenaza para el transporte marítimo ha aumentado, ya que los hutíes empezaron a atacar buques en el Mar Rojo y el Golfo de Adén. Simultáneamente, se ha incrementado la actividad de la piratería frente a la costa oriental de Somalia y, desde diciembre, han sido secuestrados dos graneleros y varios pesqueros.
Como consecuencia, se ha producido una reducción significativa de buques transitando por la región desde principios de año. De hecho, en las tres primeras semanas de marzo, el número de buques en tránsito por el Canal de Suez descendió un 51% interanual, lo que supone una caída del tonelaje bruto del 63% interanual.
Los buques evitan cada vez más las zonas afectadas y tienen que cubrir distancias más largas alrededor del Cabo de Buena Esperanza, lo que retrasa las entregas, restringe la oferta y aumenta los fletes. Las distancias más largas también aumentan el consumo de combustible, lo que eleva los costes del viaje y las emisiones de carbono.
Por su parte, los buques que siguen navegando por las zonas afectadas también se enfrentan a costes más elevados, pues corren el riesgo de perder vidas humanas y sufrir daños en los buques, por lo que deben pagar primas de seguro más elevadas. Por tanto, puede decirse que esta amenaza incrementa los costes comerciales independientemente de la ruta elegida.
Para evitar este mayor coste y limitar los retrasos, los cargadores pueden intentar limitar la carga que debe enviarse a través de la zona y potenciar el comercio desde las zonas no afectadas. Sin embargo, es probable que esto sólo sea parcial y se limite a determinadas mercancías.
Además, para los países de las zonas afectadas, eludir el conflicto es difícil y su capacidad de importar y exportar mercancías se ha debilitado. En este contexto, una coalición impulsada por Estados Unidos y una operación de la UE intentan mejorar la seguridad de los buques en el Mar Rojo, hasta ahora con éxito limitado, y la Armada india ha participado en la lucha contra la piratería somalí, recuperando uno de los graneleros secuestrados.
Desde Bimco reconocen que a pesar de los esfuerzos por mejorar la seguridad, ambos grupos siguen activos, y los hutíes han amenazado con ampliar sus ataques al océano Índico. Por tanto, a menos que la seguridad en la zona mejore significativamente, los buques no podrán volver a sus rutas normales, y se espera que continúen tanto los retrasos como el incremento de los costes.