La Autoridad Portuaria de Valencia ha puesto en marcha su nueva terminal de transporte combinado, que facilitará el funcionamiento de la primera autopista marítimo-ferroviaria en la Península, que permite a los camiones viajar entre Madrid y Valencia subidos al tren. Según el cálculo certificado de emisiones conforme a la norma ISO 14064-2, la reducción de gases de efecto invernadero por cada semirremolque en la ruta Valencia-Madrid es del 85%.
Con la puesta en marcha de la nueva terminal, desarrollada sobre las playas de vías existentes en el dique Este, se ha dotado a las instalaciones portuarias de la infraestructura necesaria para que los operadores puedan apostar por la explotación este servicio con el que llevar a cabo la transferencia de cargas entre modos de transporte carretera-ferrocarril.
La zona donde opera se ubica al lado del espaldón, en el área ocupada por el ferrocarril y la calzada de acceso al extremo sur del dique, de unos 740 metros. La obra ha consistido en las cimentaciones de los dos carriles sobre los que se desplaza el pórtico grúa para la carga y descarga de semirremolques, así como las instalaciones asociadas a la implantación del pórtico grúa.
La nueva infraestructura ha supuesto una inversión global de 20 millones, sufragados por el puerto, Adif, TransItalia y Tramesa, así como por otras empresas colaboradoras. Por parte de la Autoridad Portuaria, la inversión ha sido de más de 3,7 millones en la obra ejecutada por Pavasal.
TransItalia y Tramesa también han realizado una fuerte inversión, en concreto en la instalación del pórtico grúa y en lo necesario para su operativa. La compañía italiana ha asumido la adquisición de semirremolques específicos mientras que la operadora española ha hecho otro tanto con vagones específicos para la operativa, al tiempo que ha asumido la compra de la grúa-pórtico.
TransItalia gestiona anualmente 70.000 camiones en suelo español con origen y/o destino en Italia y Grecia. En sus conexiones, trabaja en la mayor parte de los casos con Grimaldi, que opera mayoritariamente en los puertos italianos de Salerno, Savona y Livorno, y los griegos de El Pireo y Atraso.
El hecho de que una de las puertas de entrada a la autopista ferroviaria sea el puerto de Valencia hace posible la conexión con las autopistas marítimas que conectan Valencia con los puertos del Mediterráneo. El proyecto cuenta con la financiación de los fondos Next Generation de la UE y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno, y están previstos 20 millones de inversión para prolongar la autopista hasta Portugal.
Inversiones en la intermodalidad
“Hoy ponemos en marcha la primera autopista ferroviaria que conecta con Madrid, pero llegaremos a Lisboa”, ha confirmado Mar Chao, presidenta de la Autoridad Portuaria de Valencia, que está realizando inversiones para aprovechar la sinergia entre el transporte marítimo y ferroviario con el fin de favorecer la competitividad y contribuir a la reducción de las emisiones de CO2.
Durante estos años están previstas inversiones cercanas a los 240 millones para favorecer la accesibilidad y mejora de la red ferroviaria del puerto, incluyendo la la electrificación de vía, la adaptación de la red al ancho europeo, el acceso ferroviario al puerto de Sagunto o la mejora de la línea Valencia-Teruel-Zaragoza, entre otras.
La estrategia está en línea con la iniciativa Mercancías 30 del Ministerio de Transportes, con la que se pretende potenciar el transporte ferroviario de mercancías como eje vertebrador de las cadenas logísticas multimodales. Se espera que gracias a la puesta en marcha de la autopista, se suban al tren unos 10.000 camiones anuales, con la consiguiente reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera.