Habitualmente se apunta al escaso despliegue de la red de puntos de recarga como uno de los factores clave para que los vehículos eléctricos no acaben de convertirse en una alternativa realista en España, junto con otros elementos como el precio de estas unidades.
La instalación de puntos de recarga es hasta ahora un proceso complejo con múltiples y diversos trámites que añaden fárrago a un procedimiento que tiene que aunar agilidad con los necesarios requisitos de seguridad.
En este contexto, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible aspira, como anunció la secretaria general de Transporte Terrestre, Marta Serrano, esta misma semana, a jugar un papel más activo en el despliegue de la red de puntos de recarga eléctrica.
Concretamente, Serrano dio a conocer que el Departamento trabaja en un programa piloto para el desarrollo de estos puntos de recarga, con la idea de minimizar procesos administrativos que conlleva implementar electrolineras y usar para el despliegue de estas instalaciones otras zonas que no estaban previstas para estos usos, como playas de peaje inutilizadas tras la liberación de diferentes autopistas que antes eran de pago en el país.
Sin embargo, las declaraciones de la directora general parecen indicar que este piloto estaría orientado principalmente a turismos en un momento en el que cada vez hay más oferta de vehículos comerciales e industriales eléctricos que requieren puestos de recarga de alta potencia si se pretende que el transporte de mercancías haga una contribución aún más decisiva a la descarbonización de las actividades económicas del país.