El transporte segoviano recela y duda que Transportes esté barajando realmente eliminar los peajes de la AP-6, la AP-51 y la AP-61 cuando acabe su concesión en noviembre de 2029.
Tampoco convence al sector el encargo realizado por Transportes de un un estudio para preparar estas autopistas ante el posible incremento del tráfico que provocaría la eliminación de sus peajes.
Es más, los transportistas segovianos temen que la ambigüedad de la normativa que regula esta concesión y el largo tiempo que queda hasta 2029 provoquen que en cualquier momento se plentee su renovación y la gratuidad de estas infraestructuras quede en agua de borrajas, especialmente si se tiene en cuenta que la implantación de un sistema de pago por uso acabará llegando más tarde o más temprano.
La patronal segoviana Asetra pide medidas a más corto plazo y reclama para el sector las mismas bonificaciones que se aplican en la AP-66 para los transportistas asturianos, o las articuladas en otras vías del país.
Además, la organización empresarial también destaca el papel clave que tiene el túnel de Guadarrama para los tráficos de larga distancia que llegan al centro procedentes de todo el noroeste peninsular, así como los peligros que comporta el tránsito como alternativa por el Alto del León, que incluye, además, dos travesías urbanas que cruzan las localidades segovianas de El Espinar y San Rafael, con múltiples intersecciones peligrosas.
De igual manera, Asetra también recalca el alto coste que tiene este peaje para las empresas de la provincia. Según sus cálculos, el uso de la infraestructura entre Villalba y San Rafael, lo justo para pasar por el túnel de Guadarrama, supone un coste de 88 céntimos por kilómetro para los vehículos pesados. Según los cálculos de la entidad, este mismo peaje se ha incrementado en un 13,2% desde 2020.
