En línea con el pasado 2023, este 2024 parece seguir marcado por la incertidumbre económica y social que viene siendo una constante en los últimos tiempos.
De igual modo, a este complejo panorama se suman diversas citas electorales que añaden más inestabilidad.
En este contexto, Trans.eu ha elaborado un completo informe que analiza las perspectivas del sector logístico y de transporte europeo para este año.
Particularmente, el trabajo apunta que la situación económica en Europa provoca que los transportistas estén aceptando precios más bajos, mientras que, al mismo tiempo, la subida de los peajes en Alemania tendrá un impacto directo en las tarifas, al ser uno de los principales países para el transporte de mercancías por carretera en la Unión.
Por lo que respecta a la evolución de los precios de los combustibles, la tendencia principal indica una cierta estabilización, aunque podrían producirse eventuales subidas teniendo en cuenta la situación de inestabilidad a global.
Así mismo, digitalización y transformación energética seguirán siendo dos tendencias de fondo que impulsan la transformación en el sector europeo de logística y transporte, aunque con enfoques más realistas y centrados en optimizar costes y consumos.
Por otro lado, la reorganización de las cadenas de suministro y el acercamiento de centros de producción y abastecimiento también sigue adelante, lo que plantea cambios en los flujos logísticos. A su vez, los recientes cambios en el Código Aduanero de la Unión repercutirán de manera directa en los costes de las exportaciones y las importaciones.
De igual manera, las tensiones geopolíticas parecen centrarse en Oriente Medio y China, pese a que la crisis bélica en Ucrania parece lejos de finalizar.
Además, las protestas agrarias añaden un nuevo foco de tensión dentro del Viejo Continente.
En el caso del transporte español, el informe de Trans.eu apunta que el sector seguirá afrontando los mismos desafíos que lleva arrastrando desde hace años, como son la morosidad y la escasez de conductores.
Adicionalmente, tanto la incertidumbre geopolítica, como las dudas que despiertan los procesos de digitalización y transformación energética afectan negativamente a las perspectivas de inversión en un sector que se agarra a las perspectivas que apuntan a una mejoría del panorama económico en todo el continente a partir de la segunda mitad de año.
