La Iru estima que la obligatoriedad de obtener el CAP en la Unión Europea para poder conducir vehículos pesados garantiza el nivel de formación de los conductores profesionales y permitiría rebajar con total garantía la edad para obtener estos permisos.
La organización internacional estima que el proceso de reforma de la Directiva que regula los procedimientos de obtención de los carnets de conducir ofrece una posibilidad para que los jóvenes de la Unión tengan a su alcance la oportunidad de iniciar una carrera profesional en el transporte.
Así mismo, la Iru se revuelve contra las críticas que enfatizan que pretende poner a críos al volante de vehículos pesados y argumenta que su propuesta implica un sistema de aprendizaje monitorizado totalmente y con acompañamiento al volante que facilitaría salidas laborales para un colectivo que en estos momentos registra una tasa de paro de un 14,7%.
De igual modo, para apuntalar la idea, la entidad señala que la formación del CAP es de 280 horas, frente a las escasas treinta horas que supone obtener el carnet para conducir turismos, lo que garantiza el nivel de estos profesionales, y aporta estudios que indican que la siniestralidad entre los chóferes profesionales jóvenes es similar a la de sus compañeros de mayor edad.
Así mismo, la formación continua obligatoria garantiza el reciclaje de los chóferes y la actualización de sus conocimientos.
Además, el cada vez mayor grado de formación en técnicas de conducción defensiva hace que los jóvenes tengan más aptitudes para reaccionar ante posibles accidentes y condiciones adversas en carretera que los más veteranos
