Atfrie ha celebrado esta semana su Asamblea General en la localidad vallisoletana de Valbuena de Duero, un evento que ha estado enfocado en analizar la situación actual del mercado y las condiciones sociales en el sector.
En esta XLVII edición se ha rendido homenaje al papel de la mujer en el transporte con la entrega de las insignias de la asociación a dos mujeres sigulares y ha estado marcado también por el anuncio de una huelga de conductores a finales de octubre planteada por los sindicatos para reclamar coeficientes reductores para adelantar la edad de jubilación de los conductores profesionales.
Además, la asociación de transporte frigorífico ha analizado la situación del mercado, con especial atención en cómo ha cambiado el panorama legal del sector con la incorporación de nuevas herramientas en diferentes ámbitos fruto de los acuerdos impulsados por el Comté Nacional del Transporte.
En este sentido, pese a que la sensación general es de satisfacción con lo conseguido, también se percibe una sensación de estancamiento. Tal y como afirma Carmelo González, pese a que la interlocución con el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible es buena, tampoco se concreta este clima de entendimiento en nuevas medidas que el sector considera necesarias para seguir avanzando, principalmente para proyectos como la Ley de Cadena de Transporte o la limitación de la subcontratación, entre otros proyectos.
En este mismo sentido, parece una opinión generalizada que, tras los avances conseguidos en los últimos años, ahora la pelota está en el tejado de las empresas, que son las que negocianl as condiciones del servicio con sus clientes y que son las que ahora tienen la responsabilidad de utilizar los mecanismos legales a su alcance para hacer valor su posición en sus relaciones contractuales.
En el plano social, el debate se ha centrado en la posibilidad de extender a nivel europeo medidas ya existentes en España como, de modo particular, la prohibición de que los conductores realicen tareas de carga y descarga. A este respecto, la división entre países en relación con esta medida, principalmente por la oposición frontal de los países nórdicos, hace imposible, a priori, que se alcance un acuerdo en la Unión Europea.
Sin embargo, al mismo tiempo, se abre la posibilidad de que cada país, a nivel nacional, vaya incorporando esta prohibición, lo que, con el paso del tiempo, iría obligando a otros países a adoptar esta misma medida.
En el ámbito concreto del transporte frigorífico, Atfrie ha presentado al ministerio dos informes sobre divesas cuestiones en los que desgrana su opinión y posibles líneas de mejora. El sector, en términos generales, parece preocupado por el aumento de los costes, especialmente de las cargas sociales, así como por la influencia de los cargadores en las decisiones políticas, la llegada del tacógrafo digital de segunda generación y los cambios en pesos y dimensiones.
También en el plano social, durante la Asamblea de Atfrie se ha analizado la posibilidad de contar con un convenio único a nivel nacional, así como las consecuencias de la falta de conductores en el sector y, en general, de la necesidad de mejorar las condiciones sociales para atraer a nuevos profesionales que garanticen el relevo.
Por último y en relación con el Acuerdo General se ha podido constatar la paralización que viven las negociaciones desde hace algo más de un año.