De un tiempo a esta parte, los Estados miembro de la Unión Europea vienen recurriendo a razones de seguridad interna y de control de la migración irregular para implantar controles fronterizos dentro del territorio Schengen.
De hecho, Noruega, Austria, Alemania, Dinamarca, Francia, Suecia, Eslovenia e Italia ya vigilan sus fronteras con sus vecinos de la UE.
Ante esta situación, la federación sindical europea ETF reclama que "en vez de minar las bases del proyecto europeo aumentando los controles en las fronteras internas, los Estados miembro de la UE harían mejor en concentrar sus esfuerzos en abordar la explotación y la injusticia en el sector del transporte".
La federación concluye que "pronto, los camiones volverán a tener que hacer cola en las fronteras interiores".
Esta organización sindical defiende que "la reintroducción de controles fronterizos bajo el pretexto de la seguridad es una medida costosa, inútil y errónea que se ajusta al discurso de la extrema derecha" y, al tiempo, argumenta que "al asignar recursos para facilitar estos controles fronterizos inútiles, Europa está fracasando en materia de justicia social. De hecho, la falta de lucha contra la explotación y el dumping social constituye una amenaza aún mayor para la sociedad europea".
Para la ETF, "la respuesta a los desafíos del sector del transporte no está en restablecer las fronteras, sino en fortalecer la cooperación, la aplicación de la normativa y la solidaridad, y volver a los principios fundadores que inspiraron el proyecto europeo".
