La movilización convocada por el sindicato Unió de Pagesos a la entrada del puerto de Tarragona ha provocado una importante disminución del tráfico de camiones y vehículos por el acceso del Eje Tranversal. El bloqueo por parte de los tractores de los agricultores ha supuesto el cierre de la puerta principal de acceso al puerto, lo que ha impedido la entrada a los camiones por el Eje Transversal en el kilómetro cero de la A-27.
Entre las 06:00 y las 12:00 han pasado por este control 176 camiones, mientras que en la misma franja de un día normal, como ayer, los datos registrados fueron de 1024 camiones. Esto supone una disminución del 83% de los camiones que han entrado o salir respecto al día de ayer.
De la misma manera, el Sistema de Entrega de Agroalimentarios ha registrado hoy 151 entregas de cereales entre las 06:00 y las 12:00, mientras que ayer en el mismo periodo se registraron 374, lo que significa una disminución del 59,6%.
Desde el puerto se mantienen vigilantes para prestar la ayuda necesaria a quien lo solicite, y mantienen abiertos varios canales de comunicación con las empresas de la comunidad portuaria con el fin de informarles de los problemas derivados de las protestas.
Por su parte, la Policía Portuaria está coordinándose con los Mossos d'Esquadra, la Guardia Civil y la Policía Nacional para organizar los dispositivos necesarios para la regulación del tráfico y definir medidas adicionales en caso de necesitar espacio para el aparcamiento de camiones o el desvío de tráficos dentro del puerto.
Rechazo a las acusaciones
Cabe apuntar que la Autoridad Portuaria de Tarragona no comparte las afirmaciones que la sitúan como una de las causas de los problemas de la agricultura y la ganadería catalanas. Tal y como explican, las mercancías que se importan a través del puerto no tienen una afectación significativa en el sector primario, puesto que son productos que la agricultura catalana no produce o que ni siquiera existen en el mercado nacional.
De hecho, se trata de un punto de entrada de frutas tropicales que no compiten ni directa ni indirectamente con las producidas en Cataluña, como el kiwi, la piña o los plátanos. Estas importaciones no suponen una amenaza para los productos del campo catalán, como la manzana, la pera o el melocotón. El puerto mueve de media unas 200.000 toneladas de fruta tropical cada año.
El puerto quiere hacer constar también que no interviene en la regulación de los precios de los cereales, sino que es una plataforma logística dentro de la cadena de suministro para la entrada de cereales destinados al sector de producción de harinas y piensos para alimentación animal.
Recuerda también que este sector depende de las importaciones para cubrir las carencias provocadas por la baja producción de la cosecha nacional, que se ha visto gravemente afectada después de tres años consecutivos de sequía, y sitúa las necesidades del mercado español en 25 millones de toneladas de cereales que la cosecha a nivel estatal no cubre.
Del mismo modo, el puerto es uno de los dos autorizados en España para la exportación de animales vivos, lo que lo convierte en puerta de salida del ganado criado en su hinterland, especialmente Lérida y Aragón, y en un elemento logístico vital para la sostenibilidad económica de muchas explotaciones ganaderas.