A efectos de ganar seguridad jurídica en el tráfico marítimo, las amenazas del cambio climático pueden considerarse riesgos comerciales que deben figurar en las relaciones contractuales, mientras que el abanderamiento fraudulento compromete la transparencia en el transporte marítimo.
La capacidad de la flota de contenedores crecerá casi tres puntos más que la demanda este 2024, mientras la que la alta inestabilidad geopolítica global sigue afectando a la evolución de los fletes.
Con los fuertes riesgos geopolíticos existentes y los desvíos de rutas, la capacidad de la flota mundial crece por encima de las necesidades reales del comercio marítimo internacional, aunque absorbida por rutas más largas.
El comercio marítimo internacional terminará 2024 con un moderado ascenso de un 2%, según la Unctad, con un entorno condicionado por las tensiones geopolíticas que dificultan los intercambios y provocan congestión portuaria.
Las alteraciones de los flujos marítimos en los canales de Panamá y Suez hará que se incrementen los precios de productos energéticos y de alimentación, haciendo que la inflación aumente.
Además de esta disminución en el tráfico, otras tensiones geopolíticas y consecuencias climáticas están generando perturbaciones en el comercio mundial disparando los costes.
El último informe de la Unctad sobre la situación del transporte marítimo señala las dificultades existentes para descarbonizar la flota y los costes asociados.
La Unctad reporta en su último informe un crecimiento del comercio global entre el último trimestre de 2022 y el primero de 2023, pero alerta de que las perspectivas empeoran de cara a la segunda mitad de este año por la persistencia de la incertidumbre.
Naciones Unidas pide inversiones en transporte marítimo para reforzar las cadenas de suministro globales, en un contexto en el que coinciden fuertes incertidumbres y un complejo proceso de transición energética.