Es poco probable que Irán impida el paso a través del Estrecho de Ormuz, que acoge más del 30% del tráfico marítimo mundial de crudo, porque necesita utilizar esta ruta para la venta del combustible.
En lo que va de 2018, se han enviado al desguace un total de 15 buques, con una media de 18,5 años de edad, pero se espera la llegada de 46 nuevas embarcaciones de este tipo.
Hasta que las existencias de petróleo no sean mucho más bajas, no crecerá el interés en el comercio de estos productos por vía marítima, lo que podría llegar pasada la primera mitad del año.
Es probable que el crecimiento de la flota coincida con el de la demanda y no se prevén grandes cambios en las tasas de carga, por lo que es probable que las ganancias del sector aumenten.
Los precios de flete se mantendrán en el último trimestre de 2017, pero para 2018, las entregas previstas de nuevas embarcaciones supondrán un problema añadido.