En momentos de máxima dificultad es cuando responden sectores tradicionalmente olvidados, que siguen al pie del cañón, acostumbrados a las dificultades.
El Gobierno se ha visto obligado a paralizar las obras en marcha durante dos semanas para proteger la salud de los trabajadores y detener la expansión del coronavirus.
Con la declaración del estado de alarma, se mantiene la actividad portuaria para garantizar el transporte de productos esenciales, aunque se ha prohibido la entrada de cruceros en el país.