La dureza de la crisis no logra frenar los movimientos empresariales y las inversiones de un sector que busca adaptarse a un entorno que se transforma a velocidad de vértigo.
El año de la pandemia de coronavirus ha terminado con las terribles colas de camiones en el Reino Unido en plenas Navidades para un sector dañado por la situación y en proceso de transformación.
La crisis sanitaria enturbia las previsiones del sector logístico para el pico estacional de fin de año, mientras la vacuna plantea un reto global para las cadenas de suministro.
Noviembre ha visto el fracaso de la mesa tripartita y cómo varias sentencias alteran al panorama de un sector que sufre la crisis sin apenas respaldo público.