Astic pide una reflexión a Transportes para que las ayudas de renovación de flota consigan el objetivo de reducir las emisiones contaminantes del transporte sin poner en riesgo a las empresas.
Las líneas destinadas a la compra de vehículos nuevos han tenido una respuesta mucho menor, en su mayoría por parte de grandes empresas, y principalmente de transporte de viajeros.
Un total de 776 autónomos han abandonado el sector, pese a que la flota de transporte pesado en España ha crecido en más de 1.200 camiones en el último año.
El transporte internacional se encuentra con grandes dificultades para renovar flotas, con plazos de entrega más largos e inciertos, y precios más altos, lo que perjudica su competitividad.
A partir del 1 de enero de 2023 no podrán acceder al Distrito Centro los vehículos de transporte ligero con distintivo B, ni los pesados sin distintivo.
Existe muy poca oferta disponible para vehículos pesados de energías alternativas y su precio de adquisición resulta exagerado, a lo que se añade el problema de los plazos de entrega.
El plazo de presentación de solicitudes se extenderá hasta el 30 de abril de 2024, a excepción del programado para la actividad de recarga de eléctricos.
No existe rechazo por parte de las organizaciones a proceder a la renovación, pero consideran imposible cumplir con los plazos señalados y alertan del peligro de desabastecimiento.
Los planes de ayudas para renovación de flotas dejarán fuera a los camiones diésel nuevos mientras que la mayor parte de las adquisiciones a subvencionar serán las referidas a vehículos propulsados por gas.