La escasez de semiconductores marca la caída de la fabricación de vehículos, que cae un 32% en el noveno mes frente a 2020, lo que provoca un descenso del 30% en las exportaciones.
La producción global se verá obstaculizada, pues las entregas no se realizan a tiempo, los costes y los precios van a seguir aumentando, y el crecimiento del PIB a nivel mundial ya no será tan sólido.
La paralización que vienen sufriendo las fábricas españolas de automoción, por la crisis de los microchips, está afectando muy gravemente a la viabilidad del millar de empresas transportistas y autónomos de este sector, que piden ayudas públicas.
El microchip se inserta en el neumático en la línea de producción y se programa con un código permitiendo que un lector manual pueda visualizar su número exclusivo de identificación.