Tras tener que acometer diversos rescates y canjear parte de su deuda por acciones, KDB ha acabado convirtiéndose en el principal accionista de DSME, pero su intención es desprenderse de su participación.
La decisión ha provocado un fuerte rechazo por parte de los sindicatos de ambos astilleros, preocupados por la posibilidad de que la fusión conduzca a un despido masivo.
En el mes de marzo, Hyundai firmó un acuerdo de compra de su rival con la entidad financiera estatal Korea Development Bank, que cuenta con una participación del 55,7% en el astillero.
Bruselas pretende averiguar si esta operación podría reducir la competencia en el mercado de la construcción de buques para el transporte de mercancía, lo que tendría consecuencias negativas para los consumidores de la Unión Europea.
La Comisión Europea prohibe la compra del astillero DSME por Hyundai Heavy Industries por su impacto como empresa dominante en la producción mundial de buques de GNL.
Parece poco probable obtener el visto bueno después de que se negasen a resolver las preocupaciones de la Comisión Europea y únicamente plantearan una solución considerada insuficiente.
El fabricante ha firmado un memorándum de entendimiento con Hyundai Heavy Industries y el Registro Coreano para la comercialización de un modelo de pequeño tamaño.