La idea es que al impulsar el transporte marítimo de cero emisiones en rutas específicas con mucho tráfico, los armadores y propietarios de carga se animen a elegir soluciones ecológicas y, al mismo tiempo, se desincentive a los que sigan contaminando.
Europa necesita, según Acea, al menos 50.000 cargadores de acceso público y 700 estaciones de recarga de hidrógeno para alcanzar el objetivo de reducción de CO2 del 45% en 2030.
El siguiente paso podría ser realizar estudios de viabilidad específicos de la ruta, que hagan hincapié en las necesidades y condiciones de infraestructura, políticas y financieras.
Entre los proyectos previstos, destaca la apuesta del puerto para ensamblar y fabricar turbinas eólicas offshore, lo que aumentará la oferta de energías renovables.
Estas empresas consideran que sería necesario que la UE definiera unos objetivos de reducción más estrictos para los fabricantes, de un 30% en 2027 y de un 65% en 2030.