La medida contempla la prohibición de la circulación de vehículos diésel por las islas a partir de 2025 y de todo tipo de unidades propulsadas por combustibles fósiles desde 2035.
Baleares pretende implantar una regulación “contraria a la política europea” que provocará el progresivo envejecimiento del parque automovilístico, responsable del 80% de las emisiones contaminantes.