Las refinerías están adaptando sus operaciones para alinearse con los cambios de política, y aunque la producción de biocombustibles en las refinerías ha sido tradicionalmente baja, se espera ver un aumento importante en los próximos dos años.
Entre sus ventajas, destaca la mejora de las emisiones en el transporte, al estímulo del crecimiento económico y el desarrollo rural sostenible, y a la reducción de otras sustancias contaminantes.