El Banco de España alerta de que las empresas españolas no están tomando medidas para reducir su fuerte dependencia de suministros de China pese al riesgo geopolítico existente.
Un informe del Banco de España apunta a los efectos persistentes de la pandemia en el nivel de inversiones de las empresas españolas, así como su adaptación a la incertidumbre económica.
Las empresas españolas acumulan tres trimestres consecutivos de retrocesos en sus ventas, con caídas especialmente significativas en sectores como la agricultura, la construcción y el transporte.
Los ataques terroristas en el mar Rojo no están afectando gravemente a las cadenas de suministro globales al producirse en meses de baja demanda, pero la situación podría agravarse si la crisis se prolonga más allá de marzo.
Un reciente análisis del Banco de España apunta que las empresas españolas, especialmente las de transporte y hostelería, notan más dificultades para encontrar personal, en un contexto de descenso de su facturación y de ligero repunte de la inflación.
El Banco de España estima que la mejora de la actividad en 2022 como consecuencia de la recuperación de la movilidad tras la pandemia habría permitido a los transportistas absorber el incremento de los costes de la energía.
Para la entidad supervisora, un 10% de la inflación registrada a finales de 2022 se ha debido a las disrupciones en la cadena de suministro y estima que la mejora en la actividad logística impulsará mayores caídas del IPC este año.
Los cuellos de botella logísticos alargan los plazos de entrega de pedidos industriales, con lo que se desajusta el equilibrio entre oferta y demanda, suben precios y perjudica la recuperación económica.
Un informe del Banco de España estima que podría producirse un trasvase de trabajadores desde el transporte de viajeros, muy afectado por la crisis del turismo, al ámbito de mercancías y logística