El principal reto es que el transporte y la logística de contenedores tienen imperativos muy diferentes, pues la logística exige un nivel de servicio orientado al cliente nunca visto hasta ahora en el campo de esta especialidad.
A medida que el enfoque ha pasado de las economías de escala a las soluciones de extremo a extremo, Maersk se ha dado cuenta de que necesita controlar su propia red.
El número de escalas en los servicios semanales entre Oriente Medio y el norte de Europa se ha ido reduciendo gradualmente durante los últimos cinco años.
A diferencia de su socio en la alianza 2M, Maersk mantiene una visión conservadora en cuanto a los encargos de nuevos buques portacontenedores, que suman 45.000 TEUs, aunque este planteamiento podría interferir en su futuro crecimiento.
Las nuevas conexiones, que ofrecen una amplia cobertura portuaria, comenzarán a operar en marzo de 2019, si reciben la aprobación de las autoridades regulatorias.
La naviera no ha conseguido obtener beneficios en los tres últimos ejercicios como consecuencia de un incremento de los costes y un estancamiento de la demanda de carga global.
La cooperación proporcionará nuevas oportunidades a los clientes, que podrán acceder a un producto mejorado, incluyendo una línea directa desde la costa este de Estados Unidos hacia Tailandia.