¿Usted quiere mejorar la calidad de sus operaciones, el servicio a sus clientes, la seguridad de su personal y la eficiencia de todo lo que se lleva a cabo en sus instalaciones?.
Si su respuesta es Sí, siga leyendo. Tengo algo interesante que contarles.
Por el contrario, si considera que ha llegado a un punto donde sus Operaciones no son un factor importante para el futuro de su empresa y puede sobrevivir en el Mundo actual, no siga perdiendo el tiempo y cuando oiga hablar de LEAN, omnicanalidad, drones, big data, robótica aplicada a procesos, piense que esto no es para usted y corra el riesgo de no innovar. Eso sí, le quedará el consuelo de que no irá sólo en este viaje ( aunque mal de muchos…….. ).
Siempre he leído con atención los artículos sobre Lean. Muy interesantes y con ‘palabros’ complejos que sugieren mejoras de eficiencia y que incitan a empezar ya a trabajar en ello, con la esperanza de encontrar el bálsamo que nos permita curarnos las heridas de nuestras KPIs que pese a nuestra buena voluntad no mejoran.
Yo no quiero aburrirle con Teorías, ni con Heijunkas ni PokaYokes ni Mudas ni Muris….. de eso seguro que ha oído mucho. Pero, ¿ha conocido casos de éxito que les hayan inspirado a replicar proyectos que les ayuden a mejorar usando metodología Lean ?
En esta serie de 8 episodios conocerá alguno de esos casos de éxito en los que se ha usado la metodología Lean para mejorar resultados. Espero que se identifique con las situaciones, y estos ejemplos le permita solucionar ese problema y conseguir ese cambio cultural que le permita tener en su Organización procesos más simples, fiables y seguros.
Verá que hablamos mucho de sentido común y mejora contínua y eso existe desde el comienzo de los Tiempos, pero necesitamos Lean como el sacacorchos que nos permita acceder a ese néctar, esa pócima que como a los Galos de Astérix les daba la fuerza para combatir a los Romanos invasores.
Eliminando los desperdicios
Para acabar con el contenido teórico, debemos considerar que lo que hacemos con Lean es eliminar los orígenes de las siete formas de despilfarro, mudas o desperdicios, entendido como aquello que figura en nuestro proceso y no añade ningún valor al mismo.
Tomemos como ejemplo la preparación del desayuno. A saber:
• Sobreproducción : preparar el lunes las tostadas de toda la semana. ¿No es mejor tomarlas calentitas cada día?.• Tiempos de espera: no nos crucemos de brazos. Mientras se calienta el café en la cafetera, podemos servirnos el zumo o calentar el pan del desayuno.
• Transporte: mejor llevar el vaso vacío a la nevera y servirnos allí el zumo, que llevar el brick de 2 litros de zumo a la mesa, servir allí el zumo y retornarlo a la nevera.
• Sobreprocesamiento: si le gusta el café con leche templado, para qué dejar la leche 1 minuto a máxima potencia en el microondas. ¿Por qué siempre lo hemos hecho así?.
• Inventario: malditas tostadas que preparé el lunes ¡!!!Estorbando en la despensa y ahora quería hacerme un bocadillo y no me queda pan de molde¡!!!.
• Movimiento: ¿quién ha acabado con el brick de leche y no lo ha repuesto?.
• Defectos: la tostada que hice el lunes está fría y dura.
Hay otras dos formas de desperdicio que están fuera de la metodología inicial, pero que cada vez cobran más fuerza que son el Talento y el ahorro de energía, pero creo aún siendo muy importantes, podemos trabajar sobre ellas más adelante.
La semana próxima veremos un caso práctico sobre cómo atacar dos formas de inventario simultáneamente, físico y lógico.
Luis Almazán Navacerrada
Consultor en QPL Global