El comercio como herramienta de servicio al cliente, tanto particular (con nombre y apellido concreto) como al cliente empresarial (cadenas de suministro de bienes), ha generado la necesidad de dotar a este servicio de una mayor cercanía tanto física como temporal.
Hablamos de inmediatez. Esta situación se ha visto acrecentada por la irrupción en el sector de un cliente más propenso y experimentado en el uso de las plataformas de venta on line y, como no, de problemáticas tan impactantes como la actual pandemia del Covid
Dentro de este ámbito contextual, la implementación tanto de espacios físicos que den respuesta a estas necesidades, como de los procesos que mejoren la calidad en el servicio (sistemas de automatización), siendo ambos capaces de aprender de si mismos, hacen que los análisis inmobiliarios relacionados con dichos espacios físicos, así como la gestión de su proceso de implantación, sean hoy en día elementos clave del éxito del sector inmobiliario aplicado a la logística.
Ha quedado demostrado que operaciones mal enfocadas inicialmente han generado bienes inmuebles “cadáveres”, o bien inmuebles cuya rentabilidad deja mucho que desear. Los inadecuados análisis de riesgos, con indefiniciones en el alcance del proyecto (y por tanto de sus necesidades), con la aparición de requerimientos superfluos (concepto de scope creep), con planificaciones inadecuadas y redacción de documentos proyectuales de escaso valor , han llevado a fracasos en el sector,
De este modo, el establecimiento de escenarios en función de variables paramétricas nos crea una nube de posibilidades para el análisis, así como para el establecimiento de riesgos en cada uno de los proyectos que se pretenda emprender. Estas variables paramétricas se encuadran dentro de referencias como son el precio de venta o alquiler, el propio plan de ventas y plan de pagos, las alternativas financieras y el nivel de inversión, introduciendo además las afecciones que les suponga las distintas alternativas de planificación.
Es por ello que la gestión de proyectos desde el análisis de la viabilidad, pasando por las distintas etapas asociadas al desarrollo de un inmueble (gestión de stakeholders, permisos y tramitaciones, procesos productivos, huella digital de la información…) hasta la propia gestión de los activos, fortalece la mejora continua, asociando la misma a la capacidad de modelizaciones en los distintos ámbitos del proyecto.
[sumario]El desarrollo actual del “big data” y de los algoritmos que lo hacen posible son herramientas esenciales del Project Manager”[/sumario]
El desarrollo actual del “big data” y de los algoritmos que lo hacen posible son herramientas esenciales del Project Manager, aunque esto deba de completarse con el conocimiento, la experiencia y la sensibilidad requerida por las operaciones inmobiliarias asociadas al sector logístico.
El Project Management como elemento vehicular del procedimiento, asociado a herramientas metodológicas que “recuerden” la historia y que por tanto permitan, en procesos posteriores, minimizar el impacto de las ineficiencias, se convierte en actor fundamental para garantizar la viabilidad de una operación, los niveles de inversión y para establecer los plazos precisos que las operaciones inmobiliarias necesiten, desde su inicio hasta la puesta en servicio, ahondando además en la posterior aplicación de herramientas de gestión del propio inmueble basadas en bases de datos y modelos predictivos.
Abogamos por la necesidad de disponer de la información estructurada y con parámetros medidos de igual manera en cada uno de los proyectos, que permitan la generación de modelos, que deben ser trabajados en la “cocina” de la figura del Project Manager, hablamos de Data Management. Lo importante será la metodología utilizada por este, asociada a una herramienta que permita extrapolar conclusiones y la toma de decisiones a lo largo de la vida del proyecto, entendiendo la misma tanto su proceso de puesta en servicio como su posterior explotación.
