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Presidente del Comité Nacional de Transporte por Carretera
Carmelo González, Presidente del Comité Nacional de Transporte por Carretera

Debemos poner en valor el sector del transporte por carretera

Como otros muchos sectores, el transporte por carretera no puede asimilar la implantación de nuevas normativas, por lo que sería deseable avanzar en la creación de un marco normativo claro y actualizado para regular el sector de transporte
12/04/2025 a las 11:54 h

El transporte por carretera es un sector dinámico, y muy regulado, que se enfrenta a retos permanentes en un proceso de mejora continua.

Los principales retos a los que nos enfrentamos, son en primer lugar el laboral, con una grave falta de conductores que afecta a la eficiencia y capacidad de la cadena de suministro. Las condiciones laborales, la productividad, la jubilación de conductores experimentados y la falta de nuevos profesionales son factores que agravan este problema. Es EL RETO. Para resolverlo, es imprescindible que todos los integrantes de la cadena logística pongamos en valor la actividad.

En segundo lugar, está el reto ambiental, que va de la mano de la sostenibilidad económica y social. La realidad es la imposición de un calendario de aplicación al sector, que es prácticamente imposible de cumplir por nuestra parte. Es imprescindible la neutralidad tecnológica que permita una transición hacia el objetivo marcado.

En lo referente a las infraestructuras existen numerosos tramos de carretera en mal estado, la falta de mantenimiento y las infraestructuras obsoletas limitan la eficiencia del transporte y aumentan los riesgos de accidentes. En este mismo capítulo, la construcción de parkings seguros y vigilados frente al incremento de los robos y la inseguridad de nuestros profesionales es un aspecto de urgente solución.

Por último, la fiscalidad. En este punto rechazamos el incremento del impuesto al gasoil, por el daño a nuestras empresas y a la de muchos particulares y porque se incumple todo lo relativo a fiscalidad de otros combustibles y para las empresas que realicen inversiones en vehículos menos contaminantes, el futuro cercano sobre la implantación del IVA franquiciado.

En resumen, el transporte por carretera se enfrenta a la necesidad de equilibrar la eficiencia económica, la sostenibilidad ambiental, la seguridad y la adaptación tecnológica. Pero, ¿qué podemos esperar de la Administración, para avanzar en los acuerdos pendientes? 

Desde el año 2022, se han conseguido mejoras para el sector, que debemos seguir poniendo en valor. Cuestiones como la indexación del combustible, las paralizaciones, la ley de morosidad, la prohibición de la carga y descarga, la acción directa o las ayudas al sector tras la pandemia que permitieron mantener a flote las empresas. 

Para avanzar en los acuerdos pendientes relacionados con el sector de transporte, la administración deberá enfocarse en varios movimientos clave. Hay que poner en valor el sector. Una prueba de que la situación no es buena, es la no aplicación a nuestro sector y especialmente al de los vehículos pesados, de ayudas por los efectos devastadores de la DANA.

Además, hay que adecuar la FP a un sector necesitado de recursos humanos formados y capacitados en el que la tecnología cada vez está más presente. Esto también puede contribuir a aumentar la seguridad en las operaciones.

La descarbonización, no será posible sin ayudas reales a la compra de nuevas unidades, con el objetivo por nuestra parte de una transición pacífica. Unido a esto el retorno al sector de la bolsa que genere el Fondo Social del Clima, de manera que con la bolsa que generaran los ETS2 se mantengan las ayudas para descarbonizar, que claramente a día de hoy no es electrificar.

Como otros muchos sectores, somo incapaces de asimilar la implantación de nuevas normativas, por lo que sería deseable avanzar en la creación de un marco normativo claro y actualizado para regular el sector de transporte, con un enfoque en la seguridad, la competencia justa y el cumplimiento de estándares ambientales.

A modo de conclusión, debería haber un movimiento claro por parte de la administración, y no solo me refiero al Ministerio que nos ocupa, si no a todos aquellos cuyas decisiones, de un modo u otro, influyen en el futuro de nuestro sector y en la actividad económica de nuestro País. 

Es preciso establecer unas prioridades de forma clara y unas fechas límite para los proyectos y acuerdos, y que se asegure una coordinación efectiva entre las diferentes partes involucradas.  

O es así, o la conflictividad crecerá.

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