En el marco de su estrategia de sostenibilidad, VGP va a implementar nuevas medidas para alcanzar la neutralidad en carbono en el año 2025 y contribuir a una economía más sostenible y un uso responsable de los recursos naturales.
Con este fin, ha realizado un minucioso análisis de su huella de carbono para evaluar el impacto climático de sus operaciones. En virtud de estos datos, se ha fijado ya nuevos y ambiciosos objetivos, que le permitirán conseguir este fin en la fecha prevista.
Además, se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 1 y 2 en un 50% para el año 2030, tomando como referencia los datos de 2018. Así se explica en su II Informe de Responsabilidad Corporativa, que incluye la estrategia desarrollada de los últimos años y el plan futuro para conseguir la ansiada neutralidad.
Todas las acciones dirigidas a mejorar su sostenibilidad servirán, al mismo tiempo, para reforzar los lazos con todos los inquilinos, ayuntamientos e inversores con los que se relaciona, así como con sus socios y empleados.
Entre ellas, se encuentran también sus avances para obtener la certificación Breeam, con el 35% de su portfolio ya certificado, y la considerable expansión de la capacidad de generación de energías limpias, que ha llegado a los 42,5 MWp, si bien el objetivo es llegar a 200 MWp en 2025.
Por otro lado, el documento refleja los esfuerzos realizados para proteger la salud y el bienestar de los empleados durante la crisis sanitaria, que ha tenido un impacto mínimo en la construcción de las instalaciones.