Los vehículos pesados son responsables del 26% de las emisiones de CO2 en el transporte por carretera.
La Unión Europea está sufriendo una presión sin precedentes para fijar fuertes límites a las emisiones de CO2 de los vehículos industriales, después de que un conjunto de multinacionales y empresas de transporte se aliaran en abril para exigir una reducción del 24% para 2025, tal y como recoge la Federación Transport & Environment.
Entre ellos, se encuentran Unilever, Carrefour, Ikea, Heineken, Nestlé y Geodis, que han instado al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a fijar unos márgenes más ambiciosos cuando realice su esperada propuesta el día 16 de mayo, para acercarse al objetivo de cero emisiones y que Europa siga manteniéndose en una posición destacada en la lucha contra el cambio climático.
Esto permitiría además un ahorro de 7.700 euros de media anuales para las empresas, dado que el 27% del total de las emisiones de la Unión Europea proceden del transporte y los vehículos pesados son responsables del 26% de las emisiones de CO2 en el transporte por carretera.
La nueva alianza reclama que los fabricantes estén obligados a vender un mínimo porcentaje de vehículos de cero emisiones, dado que actualmente este tipo de tecnologías solamente están disponibles de forma muy limitada y a precios muy elevados.
Del mismo modo, exigen la fijación de unos estándares para la visión de los conductores de camión, estableciéndose la cantidad de carretera que deben ser capaces de ver desde su cabina, de modo que pueda mejorarse el diseño de los vehículos y hacerlos más seguros para el paso de peatones y ciclistas.
La última normativa de seguridad para camiones, furgonetas y turismos data de 2009, según denuncia la Federación, que fija en 25.500 el número de personas que han perdido la vida en las carreteras, lo que supone unas 500 por semana.