El comercio electrónico bulle de actividad en los meses finales del año, cuando se acerca a su período de máxima actividad.
En este ingente volumen de movimientos, la semana pasada se ha sabido del interés de Uber por hacerse con Deliveroo para dar impulso a su área de distribución de comida a domicilio y reforzar la labor de Uber Eats.
Hace unos meses, Uber parecía dar un paso atrás en el segmento de transporte de carga con la cancelación de su proyecto de camión autónomo, debido, sobre todo, a las disputas legales con Google y Tesla, pero ahora parece dar dos pasos hacia adelante, aunque en otro segmento de actividad, el de la distribución urbana.
Tras esta medida parecería encontrarse la necesidad de la norteamericana por impulsar su negocio de distribución de comida después de que Deliveroo anunciara hace unas semanas el lanzamiento de un servicio para ofrecer repartidores a locales que tienen su propio servicio de reparto en horarios de máxima actividad.
Con la posible adquisición de Deliveroo, valorada en torno a 2.000 millones de dólares, unos 1.700 millones de euros al cambio, Uber daría un paso de gigante para ampliar su presencia en Europa gracias a que Deliveroo, por su parte, está presente en Alemania, Bélgica, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos y Reino Unido, además de en España.