Los algoritmos diseñadores llegarán a sustituir el trabajo humano, dejando para éste la toma de decisiones más estratégicas.
Hoy en día nuestro modelo de sociedad se encuentra inmerso en un proceso de permanente transformación, más conocido como la cuarta (r)evolución industrial o Industria 4.0. Una revolución tecnológica que afecta a todos los niveles y a cuya realidad no escapa el sector logístico.
Según datos del estudio ‘Digital Supply Chain Management 2020 Vision’, publicado por SAP, cerca del 90% de los CEOs cree que la economía digital será un factor de gran influencia en la industria logística. Sin embargo, sólo la cuarta parte ha elaborado ya un plan para acometer con éxito su transformación digital.
Unos datos que reflejan que esta transición se ha convertido ya en uno de los principales desafíos que afrontan las compañías logísticas. Fruto de ello, factores como la gestión de un volumen de información sin precedentes ('Big Data'), la definición de sistemas de información que sirvan de apoyo a las operaciones, la puesta en marcha de tecnologías avanzadas de planificación y ejecución operacional, la integración tecnológica, la robotización, los sistemas inteligentes de transporte y vehículos autónomos o la impresión 3D, entre otras, han pasado a formar parte de la agenda de los operadores, plenamente conscientes de las posibilidades que aportan.
[sumario]Un aumento en la visibilidad permite tanto a proveedores como a clientes contar con planes de prevención frente a crisis potenciales[/sumario]
Y es que las nuevas tecnologías deben ayudar a las diversas áreas de la cadena de suministro y favorecer que los procesos de toma de decisiones sean más eficientes. Buena muestra de ello es el 'demand management' que, complementado con un mejor entendimiento de los patrones de demanda de los clientes, permite optimizar las existencias y reducir, por tanto, los errores. También es posible optimizar el proceso de mantenimiento, por medio de mejores 'insights' sobre el comportamiento de los equipos.
Aunque reciente, la cadena de suministro está en una permanente (r)evolución en la que los datos de oferta y demanda serán accesibles a toda la red en tiempo real: stock con déficit de una materia prima crítica, el cierre de una infraestructura importante, un aumento súbito en la demanda del cliente. Un aumento en la visibilidad que permite que tanto proveedores como clientes puedan contar con planes de prevención frente a crisis potenciales. Así, además de reaccionar mejor a los problemas, pueden anticiparlos y moldear la cadena de suministro para responder a los distintos contextos.
Pero para implementar cambios de esta dimensión es necesario transformar la cultura organizacional y priorizar cuestiones que van al encuentro de la nueva perspicacia digital que la organización adopte. Es el caso de una mayor transparencia, y consecuentemente, de una mayor eficiencia. Cuando existe un claro intercambio de información entre todos los participantes, se requiere más información sobre los tiempos reales de llegada, normalmente vinculados a la planificación.
Una actualización constante y fiable puede mejorar significativamente la satisfacción del cliente, del consumidor final o de la empresa. Para conseguirlo, es necesario poner en práctica nuevas tecnologías, pero también formar colaboradores que puedan intervenir de forma pertinente en las operaciones.
En el futuro, los algoritmos diseñados llegarán, incluso, a sustituir el trabajo humano, dejando para éste la toma de decisiones más estratégicas y aumentando, por tanto, la eficiencia de la cadena de suministro. La visibilidad de esta cadena dependerá de un sistema 'Track and Trace' (T&T) que permita a los distintos 'players' determinar el estado del transporte a través de datos procedentes de proveedores, transportistas, almacenes y distribuidores.
Mejoras en la distribución
La distribución también podrá beneficiarse de esta revolución tecnológica. Los camiones podrán comunicar su posición y hora de llegada al sistema inteligente de gestión de almacenes, de forma que será posible fijar de inmediato el espacio de almacenamiento para la entrega y asignar el equipo autónomo apropiado para transferir las mercancías a las ubicaciones correctas. Incluso la impresión 3D debe ser considerada, ya que permite recrear algunas piezas que son más frágiles y se estropean con facilidad, de forma que, gracias a ello, no resulta necesario reemplazar todo el equipo.
[sumario]Para las organizaciones, resulta esencial aprender a predecir posibles imprevistos en el proceso logístico[/sumario]
Por último, la automatización y la robótica son clave en el futuro de los vehículos de conducción autónoma, que necesitan sistemas de mapeo más complejos y radares de más corto alcance. Sus conexiones inalámbricas con otros vehículos y con la propia carretera proporcionarán información adicional que permitirá acelerar el tráfico por carretera y disminuir los accidentes. Por tanto, serán aún más rápidos, eficientes y fiables ya que se reducen los costes, se elimina el error humano y se minimiza las emisiones de CO2.
El objetivo final de una cadena de suministro digital es aportar visibilidad e incorporar todos los elementos que la integran y, para las organizaciones, resulta esencial aprender a predecir posibles imprevistos en el proceso logístico. Por ejemplo, se puede anticipar mejor la demanda con la implantación de sistemas más sofisticados, que permitan traducirla en una mayor capacidad productiva, de almacenamiento y necesidades logísticas, así como en la solicitud de materias primas.
El próximo paso en su desarrollo es crucial y consiste en saber prescribir la forma en que opera. La clave reside en la habilidad de optimizar todos los factores en la cadena y hacer las adaptaciones más adecuadas.
José Luis Simões
Presidente de Luis Simões