El pasado viernes Flota Suardiaz recibió en París el beneplácito de la comisión intergubernamental hispanofracesa que regula las autopistas del mar para relanzar el proyecto de Vigo, que acumula más de cuatro años de demora.
Según informó la naviera presidida por Juan Riva, y recoge el periódico Faro de Vigo, tanto la delegación francesa como la española valoraron "positivamente" el trabajo realizado por la compañía "en tan corto periodo de tiempo" para asumir el servicio y explicaron que se le ha pedido "la documentación definitiva para someter su candidatura al pertinente proceso de aprobación".
Por ello, "la impresión es positiva", señaló la naviera, que indicaron que los gobiernos español y francés empezarán a trabajar de inmediato para lograr la autorización de la Comisión Europea (CE) al proyecto.
La delegación de Suardiaz, encabezada por su presidente y otros responsables de la naviera, realizó en París una presentación de la compañía y del proyecto de autopista del mar entre Vigo y Montoir. La participación española en la comisión intergubernamental que regula el concurso público estaba compuesta por el presidente de Puertos del Estado, José Llorca, y miembros de su equipo,mientras que por la parte francesa acudieron destacadas personalidades del ministerio de Transportes.
Cubierto este importante primer paso, ahora Suardiaz deberá elabor la documentación definitiva para someter el proyecto al pertinente proceso de aprobación dentro de la comisión, precisó la compañía.
La naviera también ha explicado que la comisión valoró sobre todo la "experiencia" de la compañía, que cuenta con la flota española más grande de car carriers- en este tipo de servicios de Short Sea Shipping (tráfico de cabotaje). Las delegaciones española y francesa también se reunieron el viernes en París con técnicos de la CE, que debe emitir un dictamen favorable antes de que ambos gobiernos puedan subvencionar el servicio.
El proyecto, que cuenta con una subvención por parte de los dos estados de 30 millones de euros, podría convertirse en realidad en un plazo de tres o cuatro meses desde que la UE dé su visto bueno definitivo, con lo que podría arrancar en otoño.