Tras el acuerdo definitivo para la combinación de Frontline y Euronav alcanzado en julio para un canje de acciones voluntario, a razón de 1,45 títulos valor de Frontline por cada acción de Euronav, parece que la operación se retrasa.
Así pues, la fusión entre ambas empresas iniciada a partir del acuerdo suscrito en los primeros días del pasado mes de abril y en el que se dio un nuevo paso más en mayo, parece que quedará pendiente para más allá del primer trimestre de 2023.
En este sentido, la operación está destinada, una vez se complete, a proponer a los accionistas de Euronav la absorción de la compañía por Frontline.
Sin embargo, el movimiento empresarial es complejo e implica, entre otros aspectos, el cambio de domicilio de Frontline desde Bermudas a Chipre, así como el visto bueno de los respectivos órganos de gobierno de ambas compañías, además del de otras autoridades regulatorias.
Se prevé que la oferta final de Frontlinese presente durante el primer trimestre del año que viene y que sea entonces cuando Euronav decida si da el visto bueno definitivo a la operación para concretar la fusión cuanto antes.
Las dos compañías estiman que la unión, que establecería su cuartel general en Chipre con la denominación definitiva de Euronav, podría generar importantes sinergias operativas y administrativas.
La fusión permitiría crear una de las principales empresas mundiales del mercado de petroleros con una flota integrada por 69 VLCC, 57 buques Suezmax, y 20 buques LR2/Aframax.
De igual manera, se afirma que la operación permitiría una mejor adaptación de la empresa resultante a los rápidos cambios tecnológicos que vive el transporte marítimo, incluida la digitalización y la adopción de combustibles bajos en carbono, toda vez que el grupo combinado estaría en condiciones de movilizar más recursos y de generar economías de escala signicativa para enfrentar los desafíos que implica el proceso de transición energética.