Ábalos ha resaltado la necesidad de diseñar un nuevo marco de financiación de infraestructuras justo y equitativo.
El Ministerio de Fomento sigue pensando que es necesario abrir un debate sobre el nuevo modelo de financiación para la conservación y mantenimiento de la red de carreteras españolas, lo que podría llevar a una articulación del pago por uso.
En este sentido, desde el Gobierno sostienen que a lo largo de la próxima legislatura debería ponerse en marcha una subcomisión que decida sobre la solución más adecuada. Aunque su intención era avanzar en este asunto lo antes posible, la convocatoria de elecciones y la disolución de las cámaras ha impedido finalmente dar más pasos en esta materia al equipo actual.
El objetivo es abordar este asunto en profundidad y escuchar a todas las partes para poder alcanzar un Pacto de Estado, teniendo en cuenta que para el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, "lo que no es sostenible es bajar impuestos y aumentar la inversión. O contamos con un modelo alternativo o con los tributos".
Por eso, recientemente ha resaltado la necesidad de diseñar un nuevo marco de financiación de infraestructuras justo y equitativo, lo que a su vez favorecería un nivel de inversión estable y sostenible a largo plazo, máxime cuando, según los datos de la propia Administración, entre 2012 y 2017 se ha producido un déficit de mantenimiento en las autovías por valor de 2.000 millones de euros.
En este mismo sentido, y para defender la introducción de una euroviñeta con pago telemático en las carreteras españolas, como ya existe en otros países europeos, y en línea con las insistentes peticiones de Seopan en este mismo sentido, el consejero delegado de Abertis, José Aljaro, ha afirmado esta misma semana en Madrid que "no es justo que los camioneros que vienen de Europa nos destrocen las autovías sin pagar nada. Un camionero español cuando viaja a Europa tiene que pagar".
Así pues, todo parece indicar que el próximo Gobierno que salga de las urnas tendrá que estudiar opciones para hacer frente a los costes de mantenimiento y explotación que requieren una importante red de vías de alta capacidad como la española, en un marco de ingresos que no crecen como se esperan y de dudas sobre la evolución de la economía a medio plazo.