La Asociación Transport & Environment ha revelado que la Unión Europea destina más de 24.000 millones de euros anuales a diferentes ayudas al sector marítimo en forma de exenciones de impuestos en el pago de los combustibles fósiles. Para ello, se apoya en la Directiva europea de impuestos energéticos y las diferentes normativas nacionales.
Sin embargo, cada tonelada de CO2 emitida por los buques que utilizan estos combustibles contribuye al cambio climático de la misma manera que el CO2 emitido por los camiones. Según este planteamiento, no debería existir ningún motivo para ser más indulgentes con la industria marítima en la regulación medioambiental.
La Asociación considera que no solamente se trata de un anacronismo en la lucha por los objetivos climáticos europeos, sino de un incentivo a la contaminación. La revisión de la Directiva de impuestos energéticos podría aportar más de 3.600 millones anuales de ingresos, o 7.200 millones de aplicarse un multiplicador al CO2, que podrían destinarse a nuevas políticas limpias.
Actualmente, el sector marítimo emite unos 140 millones de toneladas de CO2 cada año. De hecho, se prevé que esta cifra aumente en 33 millones de toneladas, pues la falta de normativas europeas en defensa del clima que limiten las ayudas fiscales en el sector marítimo, está impulsando esta tendencia.
Esquema de Comercio de Emisiones
El problema es que la modificación de la directiva requiere la unanimidad en el Consejo de la Unión Europea. Por este motivo, lo más efectivo para acelerar el proceso sería incluir al transporte marítimo en el Esquema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea.
A diferencia de la revisión de la directiva, para ello solamente sería necesaria una mayoría cualitativa en el Consejo y ningún país, a título individual, podría bloquear la modificación. Desde Transport & Environment, plantean también el establecimiento de un Fondo Climático Marítimo en el marco de la directiva de impuestos energéticos, para gestionar los ingresos que se obtendrían.
Además, el impacto de los costes de aplicación del Esquema de Comercio de Emisiones en el precio de los bienes de consumo sería insignificante, pues el transporte marítimo contribuye en un porcentaje muy pequeño al precio final que abona el comprador. Esto se explica por los grandes buques utilizados en las operativas, que contribuyen a la creación de economías de escala que reducen los costes.