Los conductores profesionales franceses consideran "escandaloso" que se haya excluido al transporte por carretera de la aplicación de la Directiva que regula el régimen laboral de los trabajadores desplazados y, como señal de protesta, han anunciado movilizaciones en las fronteras.
Los cinco principales sindicatos sectoriales del sector harán valer la posición que tiene su país para el tráfico de mercancías en la Unión Europea y bloquearán pacíficamente los pasos fronterizos que enlazan Francia con España, Italia y Bélgica mañana, 21 de noviembre, en una medida de presión que mezcla a partes iguales la defensa del sector del transporte francés y la lucha contra la competencia desleal.
Por un lado, los conductores franceses acusan a Macron de desperdiciar una gran oportunidadpara defender al sector e impedir la fuga de empleo hacia empresas de países del Este.
Por otro lado, a juicio de los convocantes de esta movilización, los conductores de transporte internacional son "esclavos modernos" que viven "en los límites de la miseria" en los aparcamientos franceses, con unas pésimas condiciones higiénicas y con salarios muy bajos.
España apoya cambios en las normas de trabajadores desplazados
En octubre, la Unión Europea decidió dejar el sector del transporte por carretera al margen de la Directiva de trabajadores desplazados con el fin de, como en su momento defendió el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, encontrar “soluciones específicas” para el sector del transporte internacional en las nuevas normas para trabajadores desplazados, en el marco del Paquete de Movilidad que se negocia en la UE.
En términos generales, y con respecto al conjunto de los trabajadores desplazados, España apoya el principio de que los trabajadores desplazados cobren el mismo sueldo que los locales por la misma labor, y no solo el salario mínimo como fijan las normas actuales.
En este sentido, Báñez se ha mostrado favorable a que la duración máxima para los trabajadores desplazados sea de 24 meses, y que a partir de este plazo se apliquen todas las leyes laborales del país de destino, porque supone un equilibrio razonable, desde su punto de vista, entre la naturaleza temporal del desplazamiento y la garantía de los trabajadores.