Los agricultores y ganaderos rusos están aprovechando esta decisión para ocupar cuotas de mercado que antes estaban en manos de compañías occidentales.
Tras conocerse la decisión de la Unión Europea de prorrogar otros seis meses las sanciones económicas a Rusia, el presidente del país, Vladimir Putin, ha ampliado hasta el 31 de diciembre de 2018 el embargo a los alimentos perecederos procedentes de países de la UE.
Bruselas ha querido mantener su posición debido al papel de Rusia en el conflicto en el este de Ucrania y a que no ha aplicado debidamente los acuerdos de paz de Minsk, que incluyen un alto el fuego permanente y la devolución de la frontera oriental a las autoridades ucranianas.
Las sanciones europeas están centradas en los sectores de las finanzas, la energía y la defensa, así como en el ámbito de los productos civiles y militares, mientras que el veto ruso afecta a determinados productos europeos, como las frutas y verduras, carnes, pescados y lácteos.
Los agricultores y ganaderos rusos están aprovechando esta decisión, adoptada inicialmente en el verano de 2014, para ocupar cuotas de mercado que antes estaban en manos de compañías occidentales.