Si hay algo que parece claro entre tantas incertidumbres, es el hecho de que estamos ante un radical momento de cambio.
Durante el mes de marzo, los expertos se han afanado en intentar vislumbrar qué vendrá después, una vez que el coronavirus haya cesado su rastro de ruina y muerte.
Sin embargo, la dirección del cambio no parece clara más allá de algunos aspectos, como una mayor necesidad de colaboración o de contar con una verdadera visibilidad que permita gestionar la cadena de suministro en toda su integridad.
La consolidación del comercio electrónico
También de un primer vistazo, parece evidente que si hay un ganadoren el sector logístico es el comercio electrónico, un segmento de actividad que ya venía marcando el paso desde hace varios años y al que la obligación del confinamiento parece haber dotado de una ubicuidad que ni hecha a propósito.
Tras la declaración del estado de alarma, se produjo una fuerte tensión en las cadenas de suministro y una transformación que ha afectado a la gran distribución.
Hasta el potente segmento de comercio electrónico llegó a verse con el agua al cuello, ante la avalancha de pedidos de una población confinada y estresada por un posible desabastecimiento de productos que nunca llegó a producirse, gracias, sobre todo, al engrasado funcionamiento del sector logístico y de transporte.
Sin embargo, parece que la crisis le servirá para consolidarse como una opción cada vez más importante para gran parte de la población, pese a que, con el paso del tiempo, el segmento de paquetería ha ido viendo perdía actividad e implantaba nuevas operativas, como el cero contacto.
La logística ha permitido mantener el abastecimiento a la población.
Impacto dispar y compromiso con la sociedad
En este marco, mientras algunas empresas públicas, como Correos o Aena, además de otras privadas, especialmente el sector textil, como es el caso de Primark, se han visto obligadas a reducir su actividad por las circunstancias, otras han tenido que redoblar su actividad logística.
Son los casos, por ejemplo, de Mercadona, El Corte Inglés, Carrefour o Día, e incluso Amazon. Todas ellas, y muchas otras, han sido clave para mantener un apropiado suministro de productos de primera necesidad en una situación de crisis.
En esta misma línea, el sector de carga aérea está jugando un destacado papel, especialmente en el suministro de productos sanitarios procedentes de Asia, ante la imperiosa necesidad de un tiempo que ahora más nunca parece correr en contra.
También la distribución farmacéutica está jugando un papel crucial para mantener a muchos centros sanitarios que estos días trabajan muy por encima de sus niveles óptimos de ocupación.
La carga aérea ha mantenido el abastecimiento de equipos de protección y productos sanitarios procedentes de Asia.
Especial mención merecen también un numeroso grupo de empresas que han puesto sus medios y su logística al servicio de la lucha contra la enfermedad, como diversas compañías del sector de moda, por poner algún caso.
Así mismo, el nuevo marco ha supuesto una necesidad de encontrar nuevas vías de colaboración para superar una situación que exige que todos arrimen el hombro.
Esta colaboración se ha extendido a lo largo del mes de marzo a la gestión de las autoridades, que de manera gradual han ido introduciendo medidas temporales con las que dar mayor capacidad de actuación al sector y, en la medida de lo posible, en un marco de escasez y rapiña, conseguir equipos de protección para unos trabajadores considerados esenciales.