La inquietud por mejorar la precisión de la identificación de direcciones a través de los códigos postales está en el adn de las empresas de paquetería y distribución ya que una parte importante de la productividad del reparto se basa en una correcta identificación de las direcciones. Además, las tecnologías de optimización de rutas basan su éxito en unas direcciones normalizadas e inteligibles para el sistema.
Esta inquietud se ha puesto de manifiesto en el seno de Citet, la asociación constituida como centro de innovación tecnológica orientada a la logística y el transporte de mercancías por carretera, en varias ocasiones y las empresas de paquetería han expresado su deseo de que los códigos postales, a semejanza de otros países como el Reino Unido, contengan una mayor información que acerque el código postal a una dirección concreta.
Es por esto que Crambo Wireless, empresa especializada en sistemas de geolocalización, ha puesto en marcha la iniciativa ¡Quiero ampliar el código postal!, que hace suya con la intención de impulsarla entre el sector de la logística y el transporte y las administraciones públicas.
Un código postal español con más de 35 años
El actual código postal por el que se rige el sistema de Correos español es de 1976 cuando se creó un código de cinco cifras con la intención de mejorar el funcionamiento del servicio postal mediante la clasificación del correo de forma automática.
Tal y como funciona actualmente, un solo código postal, en ocasiones hace referencia a una gran extensión y otras veces a zonas con una gran densidad de población. Por el contrario, existen otras zonas en las que un solo organismo o institución, por ejemplo, disfruta de un código postal dada la gran cantidad de correo que recibe. Es decir, el código postal sigue fiel a su cometido inicial, distribuir el correo, pero no se ha adaptado a las necesidades actuales de empresas y particulares.
¿Qué se gana con el cambio?
Un sistema más preciso con el que se pudiera llegar muy cerca del destino utilizando sólo el código postal, por un lado, facilitaría la interpretación de las direcciones y por otro, se podrían automatizar procesos que ahora se llevan a cabo de forma manual, permitiendo aumentar la eficiencia de las flotas de vehículos hasta en un 25%.
Según un estudio realizado por el Centro de Investigación del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid, Transyt, las labores de reparto en las ciudades suponen el 25% del tráfico urbano. Una mejora del 20% sobre ese porcentaje de vehículos supondría un ahorro del 5% del total de combustible utilizado para vehículos y el 5% del total de CO2 que los mismos emiten.
Según Anfac, en el 2010 había 27,9 millones de vehículos en España y el consumo de combustible total del año fue de 29.254.761 de toneladas. El 5% del total de combustible son 1.462.738.050 litros menos y que al precio actual son aproximadamente 2.047.833.274 € de ahorro. En el caso de las emisiones contaminantes, el 5% a una media de 2,5 kg de CO2 por litro de combustible supondrían 3.656.845 toneladas menos en un solo año.
En algunos países ya se ha producido esta “modernización” de los códigos postales como en el Reino Unido o en Portugal, donde es posible llegar a una dirección concreta, empleando solo el código postal.
A través del portal web de esta iniciativa, los interesados en este cambio pueden inscribirse en “Apoyar la iniciativa” o en “Colaboradores”. Además, se pueden hacer públicas las propuestas particulares a través de la web, en la sección “Propuestas”.
Algunas de las propuestas ya planteadas consisten en ampliar el código en tres dígitos numéricos, con lo que las actuales zonas postales podrían subdividirse en hasta 1.000 zonas mas.