La invasión de Ucrania por parte de Rusia ya se ha cobrado la primera víctima mortal en el sector del transporte marítimo. Se trata de un marinero originario de Bangladesh, que falleció el 2 de marzo tras impactar un misil en el granelero Banglar Samriddhi de Bangladesh Shipping Corporation, que se encontraba en aguas ucranianas.
Hadisur Rahman era el tercer maquinista del buque, que se encontraba varado en el puerto de Olvia en el Mar Negro desde que se produjo la invasión. El resto de la tripulación sobrevivió y pudo extinguir el incendio que provocó el misil en el buque, atrapado en medio del fuego cruzado entre las tropas de ambos países.
Otros dos graneleros y un quimiquero se han visto también involucrados en este tipo de situaciones durante los últimos días, mientras que dos buques mercantes han sido incluso detenidos por las fuerzas rusas.
En este sentido, desde la Organización Marítima Internacional han pedido que se mantenga a los marineros fuera de este conflicto militar y político, pues no pueden ser víctimas colaterales de la invasión.
De momento, el Grupo de Negociación Conjunto y la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte han delimitado zonas en el Mar Negro y el Mar de Azov como Áreas de Operaciones Bélicas, para mejorar el nivel de seguridad de la gente de mar en la zona de guerra.
Más riesgos
Por otro lado, la OTAN ha advertido del riesgo de minas en el Mar Negro, y es bastante probable que se produzcan interferencias en los sistemas GPS, problemas de suplantación en el sistema AIS y otros ciberataques.
Además, la Organización advierte del peligro de que los buques sufran algún tipo de acoso y que se les obligue a desviarse. Las últimas informaciones apuntan a que varios buques de guerra rusos han abandonado Crimea y se dirigen hacia el puerto de Odesa, el más grande de Ucrania.
En este sentido, conviene señalar que todavía hay 105 buques mercantes en aguas ucranianas, aunque la cifra ha bajado ya de los 157 registrados al inicio del conflicto.
Se está trabajando en el establecimiento de una prohibición de acceso a los puertos bálticos para cualquier buque ruso o relacionado con Rusia, una medida que ya han adoptado puertos como el de Gibraltar, el mayor hub de bunkering del Mediterráneo.
La Unión Europea está planteándose también establecer una prohibición para sus puertos similar a la que ya ha impuesto en el tráfico aéreo, como han hecho Reino Unido y Canadá.
