El proyecto de reconversión industrial de la planta de Yamaha en Palau-solità i Plegamans, provincia de Barcelona se encuentra parado, cuando hace menos de dos meses que la multinacional japonesa llegó a un principio de acuerdo con el Grupo Sesé para que se hiciera cargo de la fábrica y de sus trabajadores.
Fuentes próximas a Yamaha han confirmado que las negociaciones que debían culminar en el traspaso de actividad industrial de la planta, en la que trabajan 370 personas, se encuentran en "stand-by" y han rechazado dar detalles sobre los problemas que han surgido.
El principio de acuerdo entre la multinacional nipona y el grupo aragonés Sesé, dedicado a la logística del automóvil, preveía que la compañía española se quedara con la planta de Palau y sus empleados para convertirla en un centro de premontaje que tendría como principales clientes Seat y el conjunto del grupo Volkswagen.
Este proyecto, que permitiría la marcha de Yamaha de España, ha contado siempre con la oposición de CCOO, el único sindicato con presencia en la planta, que ha llegado a amenazar con presentar una demanda ante los tribunales si se hacía efectivo.
El sindicato considera que el acuerdo vulnera el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores porque no garantiza el mantenimiento de la misma actividad que se lleva a cabo en la planta, un requisito que ven indispensable para que se pueda hablar de sucesión de actividad entre empresas.
La sección sindical de CCOO de Yamaha y la Federación de Industria de CCOO consideran que este acuerdo es "una maniobra empresarial" de Yamaha para conseguir abandonar la actividad de fabricación de motocicletas en las instalaciones de Palau-solità y trasladarse a Francia.
Según los planes iniciales, el Grupo Sesé asumirá la actividad industrial de la planta del fabricante de motocicletas y Yamaha se compromete a apoyar el arranque del proyecto con medidas como el mantenimiento de los principales proveedores locales de piezas.
El grupo japonés tiene previsto llevarse la producción a su planta en Francia, pese a que tiene costes laborales más altos que los de España, dentro del proceso de concentración de factorías que planea la multinacional.