El uso de estas aguas implica una importante reducción de los tiempos de tránsito.
A consecuencia del deshielo del Ártico, el margen temporal en que podrá navegarse por esta zona es cada vez más reducido. El uso de estas aguas supone una reducción de los tiempos de tránsito entre el nordeste asiático y el norte de Europa, pero también entre el nordeste asiático y la costa este de Estados Unidos.
Un viaje desde el puerto chino de Ningbó hasta Rotterdam a través del canal de Suez supone una distancia de 10.600 millas, que se reduce a 7.800 pasando por el Ártico. En su caso, la conexión entre Shanghái y Nueva York a través de Panamá asciende a 10.600 millas, mientras que por el Ártico, la distancia es de 8.600.
Ahora, MSC se ha unido a CMA-CGM y Hapag-Lloyd en su decisión de no utilizar estas aguas para el paso de los portacontenedores entre Europa y Asia. A pesar de las ventajas que podría tener utilizar una ruta más corta, solamente una parte muy pequeña de la flota actual cumple con los requisitos 'Arctic ice-class' necesarios para utilizar esta conexión a nivel comercial.
El primero y de momento el único portacontenedores totalmente adaptado para ello que ha cubierto esta ruta es el Venta Maersk, de 3.596 TEUs de capacidad. Este buque, que es el más grande con certificado 1A para la navegación en este tipo de aguas, navegó por la zona rusa del Ártico hacia Bremerhaven en septiembre de 2018.
No obstante, desde la naviera danesa confirmaron que realizarían un único viaje y que no planeaban utilizar esta ruta con fines comerciales. En el extremo contrario, se encuentra Cosco, que ha estado probado nuevas conexiones, que cubre, eso sí, con embarcaciones especializadas, pero no con portacontenedores.