El Ministerio de Agricultura ha transmitido a las asociaciones de transportistas su preocupación sobre la necesidad de aplicar medidas preventivas por parte de los profesionales del transporte internacional encaminadas a evitar la entrada de determinadas enfermedades en España, como la peste porcina africana.
En la actualidad, el país está libre de dicha enfermedad, que afecta a los cerdos y a los jabalíes silvestres, pero en caso de entrada produciría "un impacto devastador" para el sector porcino nacional por los efectos en los animales, las medidas de control que habría que poner en marcha y las restricciones comerciales que los países terceros impondrían a animales y productos nacionales.
Según recuerdan desde Fenadismer, la peste porcina africana entró en la Unión Europea en 2014 a través de los países del Este de Europa y ha ido ganando terreno hacia los países de Europa occidental de forma natural a través tanto de las poblaciones de jabalíes como por las transmisiones a larga distancia.
Entre las personas involucradas en esta vía de diseminación a larga distancia han jugado un papel muy importante los transportistas que vienen de países afectados, llevando consigo productos para su consumo que puede estar contaminados y cuyos restos pueden ser eliminados en áreas de servicio u otros lugares de paso.
Las dos transmisiones a larga distanciaque se han dado hasta ahora, una a Bélgica en 2018 y la última hace solo unos días al noroeste de Italia, se han iniciado en zonas aledañas a carreteras de tránsito internacional, aumentando en este último caso el nivel de riesgo para España por la proximidad del foco a la frontera con Francia.
Campaña de concienciación
Por ello, desde la Subdirección General de Sanidad del Ministerio de Agricultura se ha lanzado una campaña de concienciación dirigida a los transportistas, a través de unos folletos divulgativos, en los que se plantean consejos y medidas preventivas para evitar la entrada de la peste porcina africana en el país.
Destacan recomendaciones como la de evitar traer productos frescos o curados desde otros países, sobre todo si no han pasado los controles sanitarios pertinentes. Si finalmente los transportistas los llevaran, deben asegurarse de que no son ingeridos por animales domésticos o silvestres, evitando eliminarlos en lugares en los que puedan tener acceso.
En el caso del transporte de animales vivos, se insiste en la necesidad de llevar toda la documentación necesaria durante el viaje y una vez se descarguen los animales, acudir inmediatamente a un centro de limpieza y desinfección de vehículos antes de cargar nuevos animales.
