Madrid Central tiene un fuerte impacto sobre las condiciones de la distribución urbana en la ciudad.
Los transportistas madrileños se han vuelto a reunir con los representantes del Ayuntamiento de Madrid para seguir perfilando medidas de apoyo para que la entrada en vigor definitiva de Madrid Central afecte lo menos posible a la distribución urbana de mercancías.
Las principales organizaciones empresariales del sector de la Comunidad creen unánimemente que el proyecto de las autoridades municipales de la capital "deja al descubierto numerosas carencias que el Ayuntamiento debe solventar si pretende convertir la ciudad en un modelo de futuro en el que el abastecimiento no se vea resentido".
A su juicio, el problema no se encuentra únicamente en la definición de los plazos exigidos para renovación de flota, los horarios impuestos para la carga y descarga, la ausencia de previsión para casos específicos y puntuales de transportes fuera de horario establecido, y la escasez de espacios reservados para carga y descarga, sino al propio "modelo de ciudad que queremos y que necesariamente debe contar con un plan de abastecimiento sostenible y proporcional a las dimensiones y modelo actual de nuestra ciudad”, como refiere ATA.
Por consiguiente, el transporte pide que se alcance un consenso para evitar que se produzca desabastecimiento en los establecimientos comerciales del centro de Madrid y, al mismo tiempo, se consiga una regulación equilibrada que permita realizar las labores de distribución y reparto con eficiencia y que garantice una movilidad sostenible desde el punto de vista medioambiental, laboral y social.