Las pymes y transportistas autónomos dedicados al transporte de portavehículos continúan en una situación crítica, tras la reducción de su actividad por la pandemia y la ralentización de la actividad de las fábricas por la escasez de microchips.
Esto llevó a Transportave, federada en Fenadismer, a mantener en junio una ronda de reuniones con los principales operadores logísticos de este sector para negociar mejoras que permitan su supervivencia, de cuyo resultado se ha informado en julio en su Asamblea.
En desarrollo de los acuerdos alcanzados, los transportistas han emplazado a los operadores logísticos para que de manera efectiva e inmediata adopten un conjunto de medidas de supervivencia.
En este contexto, no pueden ni quieren seguir asumiendo la carga y la descarga gratuitamente, de modo que a partir del 2 de septiembre incluirán dicho trabajo de forma diferenciada en la factura por los servicios de transporte.
Asimismo, es urgente actualizar las tarifas de transporte a los incrementos de los combustibles, y clarificar al fabricante y al destinatario que en los partes de daños los transportistas no deben considerarse clientes, sino proveedores colaboradores, y por tanto, no se debe aplicar el precio de venta al público sino el franco fábrica.
Por otro lado, existe una especial preocupación por la cada vez mayor venta de vehículos eléctricos, lo que origina una especial problemática en su transporte en lo que se refiere a pesos y dimensiones.
Otro problema es el de la falta de conductores, mucho más agravada que en otros subsectores por su falta de atractivo, y la responsabilidad y estrés que sufren en desarrollo de su actividad. A ello se añade el abandono de profesionales en el sector, en la mayoría de los casos por hastío.
Por último, desde Transportave denuncian que el trato humano que reciben en muchas de las zonas de carga y descarga es vejatorio y prepotente, lo que exige la intervención inmediata de los operadores para erradicarlo.