Los márgenes de beneficio de los terminalistas siguen en buen estado de forma, aunque el riesgo aún es elevado y el nivel de retorno está descendiendo. En los últimos 18 meses, los operadores se han enfrentado a una serie de desafíos sin precedentes para su rentabilidad, tratando de combatir el peligro de que los beneficios sean cada vez más reducidos en los próximos años.
Sorprendentemente, los márgenes del Ebitda se han mantenido en buenos niveles debido a una combinación de diferentes razones. La media evaluada por la consultora Drewry para ocho de las principales rutas internacionales entre 2013 y 2017 muestra una gran consistencia de entre el 34% y el 36%.
El aumento del riesgo en el sector sí ha sido notorio, ya que la formación de un pequeño número de alianzas de gran tamaño, junto a la consolidación en el sector mediante un intenso proceso de fusiones y adquisiciones, ha llevado al mercado terminalista a una situación de gran volatilidad.
Por ejemplo, en el sudeste asiático, después de un largo periodo en el que solamente ha habido algunos cambios mínimos de cuota de mercado, los tres principales puertos, ubicados en Singapur, Tanjung Pelepas y Port Klang, han sufrido una fuerte inestabilidad desde 2015. Primero, Singapur perdió gran parte de su cuota en favor de Port Klang, mientras que en 2017, volvió a recuperar su posición.
Descenso del retorno de la inversión
Si los actores implicados siguen operando en un ambiente de continuo riesgo, es probable que obtengan beneficios. El problema es que el retorno de la inversión, ROIC, cada vez es menor, como indica el hecho de que en APM Terminals la cifra fuera incluso negativa en 2017, tras destinar más de 600 millones de dólares a mercados en desarrollo.
La tendencia a la baja es evidente, pese al ligero repunte de 2016 y 2017 si se excluye a APM Terminals. El cambio es mínimo respecto a 2009, cuando se registró el único año de caídas en los volúmenes de contenedores movidos en la historia.
La industria debería aspirar a un ROIC del 6%. Por ello, para afrontar los desafíos que tienen ante sí, los terminalistas están desplegando diferentes estrategias, entre las que destaca el aumento de las terminales en propiedad.
Sin embargo, las navieras a título individual no tienen el control total sobre la elección de puertos, que se decide en el seno de las alianzas. Mientras las terminales suelen estar dirigidas por un único actor del mercado, los buques son gestionados por este tipo de agrupaciones, lo que genera una serie de compromisos y exige ciertas negociaciones entre los implicados.
El retorno financiero de las terminales es cada vez menor, no solamente por los cambios que han generado las alianzas o la introducción de megabuques en el mercado, sino por la inevitable madurez de la industria. No obstante, tal y como aseguran desde la consultora, la tendencia a la baja en el ROIC no continuará eternamente, y tenderá a estabilizarse con el tiempo.