En los últimos años, el comportamiento del cliente ha cambiado hacia una relación más exigente y selectiva con las marcas. Hoy en día, los consumidores se relacionan con diversos canales de distribución. Por un lado, el canal 'on-line', que no ha parado de crecer desde el inicio del Covid-19. Por otro lado, el canal offline o físico.
Así mismo, el consumidor ha generado peticiones más definidas: conocer la trazabilidad de su pedido, su origen, los sistemas de producción locales y regionales… A medida que la omnicanalidad facilita el acceso a la compra de cualquier artículo, la búsqueda de soluciones logísticas innovadoras (predicción, gestión de stock, algoritmos de ventas…) se convierten en las claves para conocer las nuevas condiciones de compra del consumidor.
¡O es local o nada! Orgánico, de producción local, sano… El nuevo consumidor valora nuevos aspectos y los excesos de la sociedad de consumo han llevado a investigar alternativas a la distribución tradicional.
Por ejemplo, los consumidores están favoreciendo el consumo de productos locales. Incluyen en sus platos alimentos que provengan de un entorno de una distancia menor a 160 kilómetros. Esta tendencia nació en EEUU. Allí los restaurantes de la Quinta Avenida ofrecen menús denominados '100-mile'. Otro ejemplo es la sede de Google, cuyo restaurante tiene el nombre de 'Café 150'. Todo lo que sirven en él ha sido producido a menos de 150 millas de allí.
En España, esta promoción del consumo local también está en auge. Sobre todo, tras la pandemia, que ha alentado al país a ayudar a sus agricultores y ganaderos locales. Más de un 60% de los españoles han declarado que están dispuestos a pagar más si el producto es de origen local.
Esta preferencia de consumo de bienes locales favorece la aparición de granjas, cooperativas o mercados agrícolas. De hecho, su número ha aumentado exponencialmente en los Estados Unidos. Impulsado por este crecimiento en las ventas directas, las marcas industriales y agrícolas están trabajando para desarrollar sus propios sistemas de producción local.
[sumario]Más de un 60% de los españoles están dispuestos a pagar más si el producto es de origen local.[/sumario]
Sin embargo, los sistemas de distribución de gran consumo están extremadamente delimitados y cronometrados. Por ello, es vital disponer de respuestas logísticas adaptadas a ello. En el caso de los procesos de distribución cortos, la puesta en común de fuentes de transporte es esencial. Lo principal: consolidar los volúmenes pequeños de varios productores. Esto reduce los costes de transporte y simplifica el proceso de entrega a los almacenes o tiendas.
El segundo factor de cambio es la omnicanalidad. Las aplicaciones móviles, la gran distribución, los puntos de venta temporales… Todos se combinan en la venta. Los retailers tienen que llegar a los clientes como sea. La línea entre lo 'on-line' y 'off-line' se difumina, aunque las tiendas físicas siguen en auge. De hecho, el 81% de la Generación Z prefiere hacer sus compras en tiendas.
Esta tendencia omnicanal exige personalizar la experiencia del cliente y digitalizar las tiendas físicas para llegar al denominado Phygital, por la combinación de ambos canales. El incremento del canal Phygital muestra a la perfección lo que significa la evolución del retail.
Ejemplo de ello son las ofertas promocionales basadas en la geolocalización y la personalización total del producto gracias a la impresión 3D.
Esto implica importantes cambios para los retailers y los profesionales logísticos que han de adaptar sus modelos constantemente. En el día a día, la logística ha de responder a las necesidades de cada momento tan rápido como sea posible. Es simple, sin retrasos no hay rotura de stock, por lo que no se toleran fallos a lo largo de la cadena de suministro.
[sumario]La tendencia omnicanal exige personalizar la experiencia del cliente y digitalizar las tiendas físicas.[/sumario]
Para la logística externalizada, 3PL, los desafíos son reales y muy numerosos. Tener un volumen de stock adecuado en función de las ventas esperadas, asegurar la personalización del producto o el pedido, garantizar el 100% de transparencia, realizar envíos a través de diferentes canales en forma y tiempo óptimos…
Por todo ello, y con la intensificación de los flujos logísticos, las grandes ciudades y las compañías logísticas necesitan coordinar sus acciones y reformular su enfoque logístico.
Es importante que las empresas logísticas empiecen a reconocer las energías renovables como una herramienta básica en su acción del día a día. Es imprescindible que la flota de camiones o furgonetas empiece a ser transformada hacia una energía verde utilizando el hidrógeno o automóviles eléctricos.
La Ley de Cambio Climático y Transición Energética apunta a que en 2040 no se podrán vender automóviles diésel o gasolina que sean contaminantes para el medioambiente.
Todas las marcas y clientes están transformando su estrategia hacia la sostenibilidad y es lo que esperan sus consumidores por lo que es indispensable una logística beneficiosa y no contaminante para el planeta alineada con su estrategia.