Los operadores marítimos de graneles sólidos han aumentado considerablemente el número de buques capesize enviados al desguace, con el fin de impulsar un tráfico cuya tónica dominante durante los últimos años ha sido la de un exceso de capacidad y bajas tasas de ocupación.
En concreto, 52 de estos gigantescos buques han sido vendidos durante los cuatro primeros meses de 2015 para el achatarramiento, una cantidad que, de mantenerse a lo largo del presente ejercicio duplicaría el récord de 70 capesizes destruidos en un año, que se registró en 2012, según señalan desde Bimco.
Retirar de la circulación estos 52 buques, un 3,2% de la flota de 1.639 navíos que operan en el mundo, supone eliminar de la oferta un total de 7,8 millones de toneladas de capacidad, ya que la media de estos graneleros, utilizados principalmente para transportar mineral y carbón, se establece en 150.000 tn.
Este hecho viene principalmente motivado por la caída en los fletes que pagan los cargadores para transportar sus graneles sólidos en la mayor parte de las rutas comerciales, un descenso que se ha agudizado desde el tercer trimestre de 2014.
Así, por ejemplo, el transporte de minerales de hierro entre el puerto de Tubarao, Brasil, y el puerto de Rotterdam, Holanda, se pagaba a mediados de noviembre de 2014 a más de 14 dólares/tn, un precio que se establece entorno a los cinco dólares en mayo de 2015.
En la misma línea, el transporte de graneles sólidos entre el puerto de Richard Bay, Sudáfrica, y el puerto de Rotterdam se pagaba en octubre de 2014 a más de 12 dólares/tn, mientras que en ningún momento de 2015 se ha superado la barrera de los cinco dólares.